lunes, enero 21, 2008

S.O.S.

Luego de tomar la última decisión más importante de mi vida, decidí buscar a un amigo para charlar; digamos que fue para poner en práctica ese mal hábito de los humanos, aquél de contar lo malo que nos sucede en el plan de "compartir el dolor"... como si luego doliera menos... Tamaña mentira; por lo menos en lo que a mí respecta.
Necesitaba un amigo a mi lado, alguien a quien mirar a la cara (creo que hasta pudo ser una pared con ojos... quería mirarme en algunos); sólo quería hablar para no tener que enfrentar esa sensación de vacío; sentía la necesidad de contarle a alguien que -luego de haberlo decidido- tal vez el rumbo de mi vida iba a cambiar.

Llamé a un amigo del colegio y me contestó su esposa:
-ha salido aquí no más, no demora
Me arriesgué a ir a su casa, ya había llegado, pero no se encontraba disponible "tenía que dormir para recuperar la mala noche" (¡Chicha de jora!)

Llamé a otro, pero el maldito tenía el celular apagado. Opté por una amiga -en la expectativa de que quizás las mujeres sean más hogareñas, pues era domingo-. Resultados negativos.

Ya casi me daba por vencido cuando recordé que "el chato" podía estar disponible (siempre me ha salvado de unas buenas). Le llamé al celular y estaba con la novia... pero igual me tendió la mano; me dirigí a su casa y él me dejó mirando tv por casi media hora... me decepcionó comprobar que no había entendido mi llamada de auxilio.
Terminé saliendo de su casa un poco aturdido por no tener a un amigo cuando se le necesita.

Ahora que lees esto tal vez pienses "yo habría estado disponible", pero te aseguro que no, pues alguna razón podría haber aparecido... creo que me enfrentaba a uno de esos días con mala suerte. En fin.

*****

Maldita la hora en que decidí hacerme a un lado de todos y quedarme sólo contigo. ¿Tanto he descuidado a mis amigos? Tal vez todavía recuerdan mi rostro porque a veces hago apariciones en el diario donde laboro, o tal vez porque alguna foto mía se les debe cruzar en el camino.... yo qué sé...! Alguna razón debe haber para que todavía no me hayan olvidado.

Felizmente Cookie todavía me mueve la cola cuando llego a casa todas las noches; sus ojitos cansados por los diez años que lleva en la familia avisan que la 1 am no es hora adecuada para regresar a dario a casa... y yo pensando que es el precio de estar con alguien cuyo horario no se complementa al mío. ¡A esforzarse que tal vez vale la pena!. el tiempo se encargó de demostrarme lo contrario.

Mis amigos, aquellos que caminaron conmigo largos trechos en busca de respuestas, o que corrieron conmigo en pos de los mismos sueños; tal vez aquellos a los cuales dejé atrás por "mejorar" los ingresos para obtener una vida mejor; amigos... mis amigos... ¡Cómo les extraño!.

*****

A menudo recuerdo aquellas conversaciones con Chito. ¿Dónde estará ahora ese negro? Tal vez más tostado por nuestro calor. No en vano lleva el sobrenombre. Creo que acumulamos el récord: más de dos mil horas platicando juntos... y a solas también. ¿Dónde andarás? Tu celular ya no respira, y en tu casa suena apagado. Te extraño. Por cierto: ¡Feliz Cumpleaños! (No sé dónde llevarte el regalo!).

¿Qué será de Walther? ¿Seguirá viajando por la Madre Patria? ¿Vendrás este año a Piura? El año pasado te quedaste sólo en Chiclayo. Te he escrito innumerables veces en los últimos meses, pero no das muestras de vida. ¿Te ha pasado algo? ¿Tal vez te divorciaste? Escribe, por favor. Te extraño.

Fefín.. sé que sigues en Lima, recuperándote.. ánimo mi buen amigo... creo que mi espíritu todavía puede resistin un rato más en la espera de volver a vernos.

Renzo. ¿Volverás algún día? Te espero en el mismo sitio, en la misma ciudad, pero no sé si el alma es la misma.