lunes, setiembre 14, 2009

Una rosa blue



"A esa rosa, donde quiera que esté, dedico este trabajo, con la esperanza de hallarla algún día, o de dejarme hallar por ella... Existe... rodeada de amapolas multicolores, filtrando todo lo bello a través de sus ojos aperlados, cristalinos y absolutamente hermoso..." eso me dijo el principito cuando consulté su mensaje en el faisbuk... un simple click me sacó de mis casillas.

Todo se había vuelto monótono y casi casi sin sentido, mientras la mejor parte de mis mejores pensamientos se volvía cada vez más ingenua, como creyendo que los oscuros recuerdos podrían convertirse en ráfagas de luz para alumbrar aquello que no quería ver ni tocar: enfrentar.

Una rosa pues, simple como ella, me empujó a dejar mis casillas. Las dejé allí a un ladito mientras sentía que dejaba de sentir mis pies, mis manos, mis brazos, mis ojos, mis pensamientos, mis emociones, mis pecados, y mis virtudes... me sentí ligero -por no decir etéreo- como el penumbroso espacio que rodea el pequeño mundo del principito, quien ingenuamente me acaba de enviar su mensaje.

Espacio para una rosa! No se necesita mucho, si hasta cabe en la mano de un niño cuando se la entrega contento a su madre. De seguro yo debo tener mucho espacio para ella en mi habitación, plagada ya de papeles por la alternancia de las vicisitudes de la labor periodística, tan ingrata como estos pensamientos que encadenan este escrito.

Una rosa, en ella pienso. ¿Una rosa roja? la clásica, claro. ¿Las habrá negras? Seguro que no, sólo en las películas animadas. ¿Una rosa rosada? No es redundancia, porque según dicen por allí hay hasta rosas azules. ¿Una rosa blue? No conozco ninguna, pero he visto muchas en imágenes.

Por filosofía debo imaginar que todas pertenecen a la misma especie, mantienen la misma forma, pero ¿valdrán lo mismo? Una rosa negra no puede ser desterrada del jardín sencillamente por su color (pienso en la elegancia y la tersura de sus pétalos ¿no tiene las mismas espinas que las demás?); una rosa merece respeto, admiración... ¡cariño! y el orgullo de quien la cultiva. Mientras tanto, me conformo con esta rosa azul que me encontré mientras disfrutaba de mis elevadas sensaciones. Tú.

Tu seras su estación de primavera
ella se abrirá a ti segura y bella
y en tu pecho echará la rosa blue raíces
para vivir y dejar su huella.