miércoles, febrero 15, 2006

Sexo: ¿Cuestión de culturas? (II)

Promiscuidad fuera del matrimonio en la antigüedad

Ser esposa tenia mas que ver con el estatus social que con el placer. La relación lésbica, el amor de mujer a mujer era una posibilidad inimaginable (aunque existiese obviamente). Los esposos tenían libertad para tener sexo con otros hombres o con prostitutos, dentro de una cantidad razonable (para la época)

Muchos hombres romanos podían haber declamado como Julius dejó escrito:

"Consiéntame un joven floreciendo; admítase que puedo tener placer con buenos muchachos y muchachas. Y con las frecuentes diversiones y juegos Puedo destronar las preocupaciones que dañan el espíritu, Y no tendré mucho miedo a la vejez"

"Las esposas no deben sentirse celosas de los devaneos sexuales de sus maridos con otros hombres y deben soportarlo con sensatez", era un consejo socialmente asumido entre las mujeres romanas.

El popular poeta Marcial (40-104 d.C.) explicaba a las esposas celosas:

"Mientras que el estilo de vida y la fidelidad de tu marido es conocida por ti, y ninguna otra mujer agita o disturba tu lecho conyugal; ¿Porque te atormentas por jóvenes esclavos como si ellos fuesen rivales?

Venus es breve y fugaz en ellos. Y se puede probar que esos jóvenes te dan mas a ti que tu marido.

Pues ellos hacen seguro que eres la única mujer que tu marido tiene; Y le dan aquello que tu, su esposa, te niegas a darle "


Muchos esposos bisexuales de la actualidad plantean (hipócritamente) similares argumentos:

"Si nosotros como hombres tenemos encuentros breves en paseos escondidos o en habitaciones oscuras, las esposas deben estar contentas, dado que esos affaires están destinados a ser esporádicos y sin mayor importancia"

Por supuesto que el sexo seguro es imprescindible. Pero cuando el amor entra en escena, las cosas comienzan a complicarse. Tarde o temprano el implicado tiene que replantearse y reflexionar sobre su identidad sexual.

En las centuria del 300-400 d.C. los días de la homosexualidad aceptada fueron desapareciendo. No regresaron hasta mil años después en Florencia, en el ámbito europeo. Y solo brevemente)
Los placeres sexuales fuera de la relación matrimonial y como no fuesen para la reproducción pasaron a ser aplastados por el peso de la educación e imposición de una moral judeo-cristiana aplastante de todas las libertades y asunción social en este terreno.

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Fuentes:
Clarke, John R. Looking at lovemaking : constructions of sexuality in Roman art, 100 A.D.- A.D. 200. Berkeley, 1998
Williams, Craig. Roman Homosexuality.Oxford: Oxford University Press 1999.

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